Un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco (UCSF) revela que dedicar solo cinco minutos al día a realizar pequeños actos de alegría puede mejorar significativamente el bienestar emocional. La investigación, conocida como el proyecto "Big Joy", analizó a casi 18,000 personas y demostró que acciones simples como bailar o expresar gratitud tienen un impacto acumulativo en el estado de ánimo.
Puntos Clave
- Una investigación de la UCSF con casi 18,000 participantes confirma que pequeños actos diarios mejoran el bienestar.
 - Dedicar de 5 a 10 minutos al día a actividades sencillas durante una semana generó resultados positivos notables.
 - Los beneficios fueron mayores en personas con dificultades económicas o estatus social bajo.
 - Los efectos positivos en el estado de ánimo son acumulativos y comparables a meses de tratamiento psicológico, según los investigadores.
 
El poder de los "microactos de alegría"
La búsqueda de la felicidad no siempre requiere grandes logros o cambios drásticos en la vida. Según un extenso estudio de la UCSF, una de las universidades más prestigiosas en medicina, la clave podría estar en pequeñas acciones cotidianas.
Los investigadores denominaron a estas prácticas "microactos de alegría". Se trata de tareas sencillas que no toman más de diez minutos y que están diseñadas para generar sentimientos de optimismo, sorpresa o diversión. La simplicidad es su principal fortaleza, ya que permite incorporarlas fácilmente a la rutina diaria.
Algunos de los actos propuestos durante el estudio incluyen:
- Bailar o cantar una canción favorita.
 - Salir a caminar prestando atención al entorno.
 - Escuchar el sonido de unas risas.
 - Compartir un momento de celebración con otra persona.
 - Realizar un gesto amable por alguien de forma inesperada.
 - Hacer una lista de cosas por las que uno se siente agradecido.
 - Ver un video corto que genere risa o ternura.
 
Detalles del proyecto "Big Joy"
El equipo de investigación, liderado por la doctora Elissa Epel, especialista en los efectos del estrés en la salud, desarrolló el proyecto "Big Joy" entre 2022 y 2024. En él participaron casi 18,000 personas de diversos países, principalmente de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido.
A los participantes se les pidió que practicaran uno de siete microactos diferentes cada día durante una semana. La duración de cada actividad oscilaba entre 5 y 10 minutos. Los investigadores midieron el bienestar emocional y físico de los participantes antes y después del programa de siete días.
Metodología de la investigación
Al inicio y al final del estudio, los participantes completaron cuestionarios para evaluar su bienestar general, emociones positivas, sensación de felicidad, niveles de estrés y calidad del sueño. Las preguntas indagaban sobre su satisfacción con la vida y el control que sentían sobre sus propias emociones. Esto permitió a los científicos comparar los resultados y medir el impacto del programa.
Los resultados mostraron mejoras en todas las áreas evaluadas. Un hallazgo importante fue que los beneficios aumentaban con la constancia: quienes completaron los siete días de actividades experimentaron mejoras más significativas que aquellos que solo participaron dos o tres días.
Resultados sorprendentes y de gran alcance
La magnitud de los resultados sorprendió al propio equipo de investigación. La doctora Epel señaló que el nivel de mejora en el bienestar emocional fue notablemente alto.
"Nos sorprendió bastante el nivel de mejoras en el bienestar emocional de las personas. Participar una sola semana en el experimento proporcionó resultados positivos equivalentes a meses de tratamiento psicológico", explicó la doctora Epel.
Un aspecto crucial del estudio es que los beneficios no se limitaron a personas que ya se sentían bien. De hecho, el impacto fue aún mayor en aquellos que enfrentaban dificultades.
"Vimos mayores beneficios en las personas con problemas, ya fueran financieros o que tuvieran un estatus social bajo", afirmó Epel. "Esta no es solo una propuesta para los privilegiados", añadió, subrayando el potencial de estos actos como una herramienta accesible para todos.
¿Quiénes se beneficiaron más?
El análisis de datos reveló que los participantes de regiones con una situación económica general más precaria y los participantes más jóvenes reportaron un mayor aumento en su bienestar en comparación con otros grupos.
¿Por qué funcionan estos pequeños gestos?
Aunque el mecanismo exacto detrás de este impacto no está completamente claro, los investigadores proponen varias hipótesis. A nivel biológico, estos actos podrían activar la liberación de hormonas asociadas a la felicidad, como la dopamina o las endorfinas.
Desde una perspectiva psicológica, es posible que estos breves momentos de alegría intencionada ayuden a romper ciclos de pensamiento negativos. Actividades como la preocupación excesiva o la autocrítica pueden ser interrumpidas, redirigiendo la energía mental hacia un enfoque más positivo y constructivo.
La felicidad como una práctica diaria
La doctora Epel enfatizó que, si bien estos microactos no son una solución para problemas graves de salud mental, sí ofrecen una herramienta poderosa para el manejo del bienestar diario. En un contexto de creciente incertidumbre y ansiedad, especialmente entre las generaciones más jóvenes, estas prácticas pueden tener un impacto significativo.
"Una conclusión importante del estudio es que las personas probablemente tengan más control sobre su propia felicidad de lo que creen", apuntó la investigadora. La idea es cambiar la mentalidad de posponer la felicidad para el futuro.
A menudo, las personas piensan que se permitirán ser felices una vez que alcancen una meta específica o superen un obstáculo. Sin embargo, el estudio sugiere que la felicidad debe cultivarse en el presente.
"No esperes. Has de ser feliz ahora. Necesitamos la energía de la alegría para superar los momentos difíciles", concluyó Epel. Este enfoque proactivo sobre el bienestar emocional puede ser fundamental para construir resiliencia y mantener una actitud positiva ante los desafíos de la vida.



