La Comisión Europea ha iniciado una consulta pública para revisar la legislación sobre el bienestar de los animales de granja. Esta medida responde directamente a la iniciativa ciudadana "End the Cage Age", que busca la eliminación de las jaulas en la ganadería y cuenta con un amplio respaldo social.
El proceso, que estará abierto hasta el 12 de diciembre de 2025, invita a agricultores, ganaderos, empresas y ciudadanos a presentar sus opiniones para dar forma a las futuras normativas del sector en toda la Unión Europea.
Puntos Clave
- La Comisión Europea lanzó una consulta pública para reformar las leyes de bienestar animal.
- La iniciativa responde a la campaña "End the Cage Age", que pide prohibir las jaulas para animales de granja.
- La consulta estará abierta para recibir comentarios hasta el 12 de diciembre de 2025.
- Se analizarán también las normativas para productos importados de terceros países.
- Estudios previos muestran que más del 80% de los europeos apoya una mayor protección para los animales de granja.
Una respuesta a la demanda ciudadana
La Comisión de Salud y Bienestar Animal de la Unión Europea ha puesto en marcha un proceso de consulta abierto, diferenciándose de métodos anteriores que utilizaban cuestionarios cerrados. El objetivo es recopilar una amplia gama de opiniones de la sociedad civil para fundamentar la futura legislación.
Esta acción es una respuesta formal a la exitosa iniciativa ciudadana europea "End the Cage Age" (Acabemos con las jaulas). Dicha campaña, liderada por la organización Compassion in World Farming, reunió el apoyo necesario para exigir a las autoridades comunitarias que actúen.
El objetivo de "End the Cage Age"
La propuesta central de la iniciativa es clara: eliminar progresivamente el uso de jaulas en la cría de diversos animales de granja. La medida afectaría a múltiples especies y sistemas de producción, incluyendo:
- Gallinas ponedoras y reproductoras.
- Conejos, codornices, patos y gansos.
- Cerdas en jaulas de gestación y parto.
- Terneros alojados en compartimentos individuales.
La campaña argumenta que estos sistemas de confinamiento impiden que los animales desarrollen sus comportamientos naturales, generando estrés y sufrimiento innecesarios.
Un proceso de consulta integral
Además de la consulta pública, la Comisión Europea ha confirmado que llevará a cabo reuniones específicas con las partes interesadas del sector ganadero y agrícola. También solicitará informes científicos a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para asegurar que las decisiones se basen en evidencia sólida y actualizada sobre el bienestar animal.
El desafío de los productos importados
Uno de los puntos más relevantes que abordará la nueva legislación es el de los productos importados. Actualmente, las normativas europeas sobre bienestar animal no se aplican a los productos que llegan de terceros países, lo que genera una competencia desigual para los productores europeos.
La Comisión analizará cómo exigir que las importaciones cumplan con estándares de bienestar similares a los de la UE. Esta medida busca proteger a los ganaderos europeos que invierten en sistemas más respetuosos y garantizar a los consumidores que todos los productos en el mercado cumplen con ciertos requisitos éticos.
Legislación actual
Actualmente, existen cinco directivas europeas que regulan las condiciones de los animales en las granjas. Sin embargo, ninguna de ellas impone requisitos equivalentes a los productos importados, un vacío legal que la nueva reforma pretende cerrar.
Este ajuste normativo es considerado fundamental para mantener la competitividad del sector ganadero europeo y evitar que la producción se desplace a regiones con regulaciones menos estrictas.
La visión de las autoridades europeas
El Comisario de Salud y Bienestar Animal, Oliver Várhelyi, ha subrayado la importancia de una participación amplia en este proceso. Según sus declaraciones, el objetivo es construir un marco regulatorio sólido y sostenible.
"Queremos conocer la opinión de todas las partes interesadas sobre las normas relativas al bienestar de los animales de granja. Necesitamos que todo el mundo presente soluciones viables y con proyección de futuro basadas en pruebas sólidas".
Con esta consulta, la Comisión Europea reafirma su compromiso de dialogar con agricultores, ganaderos, productores, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general. La invitación a participar se extiende a autoridades nacionales, empresas y expertos del sector.
¿Qué opinan los ciudadanos europeos?
La preocupación por el bienestar animal no es un tema nuevo en Europa. Un Eurobarómetro especial realizado por Eurostat en 2023 sobre las "Actitudes de los europeos hacia el bienestar de los animales" ofrece un precedente claro del sentir ciudadano.
Los resultados de esa encuesta revelaron un consenso mayoritario a favor de una mayor protección. En España, el 80% de los consultados afirmó que el bienestar de los animales de granja debería estar mejor protegido. La cifra fue aún mayor a nivel europeo, alcanzando el 84%.
Disposición a pagar más por productos éticos
La encuesta también exploró la disposición de los consumidores a asumir un coste mayor por productos provenientes de sistemas de cría más respetuosos. Los datos mostraron una tendencia positiva:
- El 52% de los españoles estaría dispuesto a pagar al menos un 5% más.
- A nivel europeo, este porcentaje se eleva al 63% de los consumidores.
Estos datos sugieren que existe un mercado significativo para productos con certificaciones de alto bienestar, y que una parte importante de los consumidores valora las prácticas de producción ética por encima del precio.
Un largo camino recorrido
El interés por el bienestar animal en la ganadería tiene una larga historia en Europa. El sector ha trabajado en mejorar las prácticas durante décadas, reconociendo que es un factor clave para obtener productos de mayor calidad. La primera directiva de la Unión Europea sobre esta materia se aprobó en 1974, sentando las bases para la legislación actual.
La consulta actual representa el siguiente paso en esta evolución, buscando adaptar las normativas a las nuevas evidencias científicas y a las crecientes expectativas de la sociedad.




