El inicio del año escolar posiciona a los centros educativos como entornos esenciales para el desarrollo de millones de niños, niñas y adolescentes. Estos espacios no solo proveen educación formal, sino que también son fundamentales para el aprendizaje social, el juego, la recreación, la actividad física y la nutrición a través de los comedores escolares. Todas estas interacciones y actividades impactan directamente en su bienestar general. Por esta razón, es crucial establecer ambientes escolares seguros, inclusivos y libres de violencia que aseguren la protección y promuevan el bienestar emocional de todo el alumnado.
La creación de un entorno protector en las escuelas es una responsabilidad compartida por toda la comunidad educativa. El objetivo es capacitar a la infancia con el conocimiento de sus derechos y proporcionarles herramientas adecuadas de autoprotección, fomentando un ambiente de relaciones interpersonales seguras y permitiendo la identificación temprana de situaciones de riesgo. Para lograr esto, es indispensable que los profesionales de la educación estén informados sobre cómo prevenir y actuar ante situaciones de vulnerabilidad o riesgo que puedan afectar a niños y adolescentes en el ámbito escolar.
Puntos Clave
- Cuatro de cada diez adolescentes han enfrentado problemas de salud mental en el último año.
- Uno de cada tres adolescentes con problemas de salud mental no busca ayuda.
- El acoso escolar y el ciberacoso afectan al 9.4% del alumnado.
- La figura del coordinador de bienestar es obligatoria desde 2021, pero su implementación es deficiente.
- La falta de definición de funciones, formación y recursos son los principales desafíos.
La Salud Mental de Niños y Adolescentes: Un Desafío Creciente
En los últimos años, la salud mental de los jóvenes ha ganado visibilidad. Antes, este tema recibía poca atención. Ahora, se reconoce como una preocupación importante para el desarrollo infantil y adolescente.
Un estudio reciente de UNICEF España, el 'Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia 2023-2024', revela datos preocupantes. Indica que cuatro de cada diez adolescentes han experimentado problemas de salud mental en el último año. Además, un tercio de estos jóvenes no ha compartido sus problemas con nadie.
Factores que Afectan el Bienestar Psicológico
El barómetro también identifica los elementos que perjudican la salud mental en la adolescencia. Entre los factores externos, el acoso escolar y los conflictos familiares son los más destacados. El acoso escolar y el ciberacoso afectan al 9.4% del alumnado. Esto genera impactos negativos en su rendimiento académico y su estado emocional.
Dato Relevante
El 70% de los trastornos mentales se inician durante la juventud, lo que subraya la necesidad de una intervención temprana.
En cuanto a los factores internos, se incluyen la baja autoestima, el consumo de alcohol y otras drogas, la presencia de problemas de salud física y las dificultades económicas. Estos elementos pueden agravar la situación de vulnerabilidad emocional de los jóvenes.
El aumento en los trastornos de salud mental entre niños y adolescentes es alarmante. Se observa un incremento en las tasas de suicidio en la adolescencia. Por ello, los especialistas subrayan la importancia de abordar los problemas de salud mental de forma temprana. Los datos recientes muestran que la mayoría de los trastornos mentales, aproximadamente el 70%, comienzan en la juventud.
Estrategias para la Prevención y Detección Temprana
Mantener una buena salud mental desde las primeras etapas de la vida es esencial. Contribuye al desarrollo físico y emocional adecuado. También facilita la adquisición de habilidades sociales y la capacidad para enfrentar desafíos en el futuro.
Por lo tanto, la inversión en salud mental, protección, detección precoz y prevención de cualquier forma de violencia debe ser una prioridad absoluta para el sistema educativo. Esto asegura un aprendizaje inclusivo, equitativo y de calidad para todos los niños y niñas.
La prevención de la violencia y la promoción del bienestar emocional no deben depender de acciones aisladas. Requieren una visión sistémica e integrada dentro del proyecto educativo de cada centro. Esto implica un compromiso continuo y coordinado de todos los actores involucrados.
El Rol del Coordinador de Bienestar y Protección
La Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), aprobada en 2021, introdujo una figura clave. Establece la obligatoriedad de un coordinador o coordinadora de bienestar y protección en todas las escuelas de España.
Contexto Legislativo
La LOPIVI (Ley Orgánica 8/2021) busca garantizar la protección de la infancia y adolescencia contra todas las formas de violencia, estableciendo marcos de actuación y figuras específicas como el coordinador de bienestar.
Esta figura tiene como objetivo fortalecer la prevención y la detección temprana de problemas de salud mental y situaciones de violencia. Además, garantiza la colaboración en red con equipos docentes, servicios sociales y el sistema sanitario. Esto permite una respuesta integral y coordinada ante el malestar emocional y las violencias que puedan surgir.
"Es fundamental que esta figura no sea solo simbólica. Necesitamos que los coordinadores tengan el tiempo, la formación y el reconocimiento necesarios para cumplir su propósito preventivo y protector", afirma un representante de UNICEF España.
Desafíos en la Implementación de la Figura del Coordinador
A pesar de su aprobación hace más de cuatro años, ninguna de las comunidades autónomas ha implementado por completo esta figura en los centros escolares.
UNICEF España ha realizado un análisis exhaustivo y ha identificado los principales obstáculos en su aplicación:
- Falta de una definición clara de sus funciones: Las responsabilidades del coordinador no están bien delimitadas, lo que genera confusión.
- Insuficiente formación especializada: El personal que asume este rol carece de la capacitación necesaria para abordar las complejidades de la protección infantil y la salud mental.
- Escasa dotación de recursos y tiempo: No se asignan las horas ni los medios suficientes para que los coordinadores puedan desempeñar eficazmente sus tareas.
Frente a esta realidad, la prioridad debe ser mejorar la detección temprana y la atención a los problemas de salud mental, las situaciones de violencia, el acoso y la desprotección. Esto incluye abogar por la formación adecuada de los responsables, asegurarles una dedicación mínima a sus funciones y definir correctamente sus roles y responsabilidades.
Sin tiempo, sin formación y sin el debido reconocimiento, esta figura corre el riesgo de convertirse en una medida meramente simbólica. Si esto sucede, no podrá cumplir su propósito preventivo y protector, lo que, en última instancia, perjudicará a los niños, niñas y adolescentes que dependen de un entorno escolar seguro y de apoyo.




