Cuba enfrenta una grave crisis de salud pública debido a la expansión simultánea de arbovirosis como el dengue, chikungunya y Oropouche. Los hospitales están al límite, hay escasez crítica de medicamentos y reactivos, y los informes oficiales sobre fallecimientos parecen subestimar la magnitud real de la emergencia, generando alarma entre la población.
Puntos Clave
- Expansión simultánea de dengue, chikungunya y Oropouche en toda la isla.
- Hospitales saturados y falta de insumos médicos esenciales, incluyendo reactivos para diagnósticos.
- Subregistro de casos y muertes, con certificados de defunción que omiten la causa viral.
- 33 fallecimientos reconocidos oficialmente, pero informes independientes sugieren un número mayor.
- Factores ambientales como basura y falta de agua agravan la situación.
Impacto en la Salud Pública Cubana
La situación sanitaria en Cuba es compleja. Las familias cubanas luchan contra síntomas severos sin diagnósticos claros. Los hospitales operan con una capacidad desbordada, según testimonios de pacientes y personal médico.
La escasez de reactivos impide identificar con precisión las enfermedades. Muchos análisis se desechan, lo que lleva a diagnósticos genéricos como “síndrome febril inespecífico”. Esto dificulta el seguimiento adecuado de los pacientes y la implementación de tratamientos específicos.
Dato Relevante
La última semana registró 5.717 nuevos casos de chikungunya, elevando el acumulado a 38.938. El dengue se mantiene activo en todas las provincias y en 113 de los 168 municipios del país.
Subregistro de Muertes y Casos
Las cifras oficiales han reconocido 33 fallecimientos, incluyendo 21 menores de edad. Sin embargo, diversas fuentes médicas indican que el número real de decesos es mayor. Muchos certificados de defunción omiten la causa viral, atribuyendo las muertes a infartos u otras enfermedades subyacentes.
En ciudades como Bayamo y Matanzas, los residentes reportan muertes recientes. Estas están vinculadas a deshidratación o fallos respiratorios asociados a las infecciones. La opacidad en los datos oficiales genera desconfianza y preocupación.
“Los cubanos se sienten atrapados en un país enfermo, donde las familias lidian con síntomas severos sin saber con certeza qué padecen.”
Déficit de Medicamentos y Nutrición
La carencia de medicamentos esenciales supera el 70%. Esta situación obliga a la población a recurrir a la automedicación con remedios caseros e infusiones. La falta de acceso a tratamientos adecuados agrava los cuadros clínicos de los pacientes.
El deterioro nutricional es otro factor crítico. Una guía interna del Instituto de Medicina Tropical (IPK) Pedro Kourí recomienda dietas ricas en proteínas, lácteos, pescados y frutos secos para fortalecer el sistema inmune frente al chikungunya. Sin embargo, estos alimentos son inalcanzables para la mayoría de la población.
La dieta básica del cubano se limita a productos como el picadillo y el arroz, lo que debilita aún más a los enfermos. La falta de una nutrición adecuada compromete la recuperación y aumenta la vulnerabilidad ante las infecciones.
Contexto de la Crisis
La acumulación de basura, la falta de agua potable, los apagones constantes y la escasez de insecticidas han creado un ambiente ideal para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, vector de estas enfermedades. Las acciones oficiales para contener el brote han sido insuficientes y tardías.
Respuesta Oficial y Percepción Ciudadana
El Gobierno cubano ha intentado minimizar la gravedad del brote. Las autoridades insisten en que la situación no es exclusiva de Cuba, citando ejemplos regionales. A pesar de estas declaraciones, la población vive con miedo y desprotección.
La infraestructura sanitaria actual no puede ofrecer las respuestas necesarias. Los testimonios de los ciudadanos describen un país donde la población, exhausta, vive entre el dolor, la fiebre y la incertidumbre. La crisis ha desbordado hospitales y morgues, y el desgaste físico y emocional es palpable.
Informes Independientes Aportan Más Datos
Un informe reciente del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) y la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba documentó una realidad más cruda. Entre octubre y noviembre de 2025, se registraron al menos 87 fallecimientos vinculados a la epidemia de arbovirosis en la isla.
Esta cifra contrasta significativamente con los datos oficiales. La discrepancia subraya la necesidad de una mayor transparencia y de recursos para abordar la emergencia de manera efectiva. La situación en Holguín, con tres municipios en fase de epidemia, es un ejemplo claro de la magnitud del problema.
- Falta de reactivos: Impide diagnósticos precisos.
- Medicamentos escasos: Dificulta el tratamiento adecuado.
- Deterioro nutricional: Debilita el sistema inmune.
- Condiciones ambientales: Favorecen la propagación del mosquito.
- Subregistro: Oculta la verdadera escala de la crisis.




