La biohabitabilidad es una disciplina que busca diseñar entornos para favorecer el equilibrio del cuerpo y la mente. Esta práctica se centra en cómo los espacios, ya sean hogares u oficinas, influyen directamente en la salud física y mental de las personas. La reconocida experta Elisabet Silvestre, pionera en el campo y autora de libros como “Tu Casa Sana”, explica que el objetivo es crear ambientes que promuevan la calma y el bienestar general, utilizando elementos inspirados en la naturaleza.
Silvestre destaca que la luz, las formas, la distribución y los materiales son clave para lograr estos espacios. Al replicar atmósferas naturales, se busca una conexión biológica que el cerebro interpreta como beneficiosa, contribuyendo a un estado de armonía y vitalidad.
Puntos Clave
- La biohabitabilidad diseña espacios para el bienestar físico y mental.
- Factores como la luz natural y la biofilia son esenciales para un entorno saludable.
- La exposición insuficiente a la luz natural puede causar fatiga y afectar el ánimo.
- Las pantallas tecnológicas y su luz azulada impactan negativamente el ciclo circadiano.
- Adoptar hábitos de higiene energética mejora el descanso y la vitalidad.
Impacto del Entorno en la Salud Humana
El entorno donde vivimos y trabajamos influye en nuestra salud. Lugares como la casa, la oficina o la escuela interactúan con nuestro organismo. Elisabet Silvestre señala que el ambiente es una extensión del cuerpo, comunicándose con él y aportando información. El sistema nervioso y los órganos sensoriales responden con reacciones fisiológicas y emocionales a estos estímulos.
Si un espacio es frío, caluroso, ruidoso o tranquilo, el cuerpo genera una respuesta adaptativa. Algunos ambientes nos aportan calma y armonía, mientras otros generan estrés, agotamiento y disminuyen la vitalidad. La clave está en diseñar entornos que fomenten respuestas positivas.
Dato Curioso
Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que la exposición a espacios verdes puede reducir el riesgo de mortalidad en un 12%.
Factores Ambientales para el Bienestar
Para Elisabet Silvestre, la sencillez, la calma, la biofilia y rodearse de «personas vitamina» son lujos en la sociedad actual. Estos elementos son fundamentales para el bienestar. Cuando estos aspectos están presentes en el hogar y en la vida, se observa un cambio positivo. Esto implica ser más consciente de los productos que se introducen en casa, optando por la calidad sobre la cantidad.
Elegir objetos y productos elaborados con materiales naturales, sin plásticos ni tóxicos, es una práctica recomendada. Incorporar vegetación en el hogar, rodearse de elementos verdes y de belleza, contribuye a un aire más sano y a una sensación general de bienestar.
"Se trata de una disciplina que estudia cómo diseñar los espacios para crear un ambiente que vaya a favor del equilibrio del cuerpo y de la mente", afirma Elisabet Silvestre.
Integrando la Biofilia en el Hogar
La biofilia se define como el amor por la naturaleza o la conexión innata con ella. Sin embargo, muchos entornos modernos, especialmente las casas, carecen de un diseño biofílico. Predominan los materiales sintéticos, como pavimentos de vinilo o cemento, y muebles de polipropileno. La calidad de la luz también suele ser deficiente.
El estilo de vida actual a menudo nos aleja del entorno natural y de los factores ambientales que proporcionan equilibrio. Estos factores son cruciales para mantener un cerebro sano y feliz. Incorporar la biofilia significa traer la naturaleza al interior de los espacios habitables.
Contexto Histórico
El concepto de biofilia fue popularizado por el biólogo Edward O. Wilson en la década de 1980, sugiriendo que los humanos tienen una tendencia innata a conectarse con la vida y los procesos naturales.
Hábitos Esenciales para Conectar con la Naturaleza
Dos hábitos principales pueden mejorar la conexión con la naturaleza. Primero, rodearse de verde: tener plantas en casa, pasear por calles con árboles o visitar parques. Estos hábitos suman y aportan salud física y mental. La sociedad moderna a menudo sufre de un “déficit de naturaleza”, lo cual tiene consecuencias, especialmente en la infancia, que necesita el contacto con el entorno natural para un desarrollo cerebral saludable.
El segundo factor esencial es la luz natural. La exposición a ella está directamente vinculada con el estado de ánimo. Una buena exposición puede generar sentimientos más positivos y vitalidad. Por el contrario, la falta de luz puede causar tristeza y ansiedad. Si se pasa mucho tiempo en espacios cerrados sin luz natural directa, el cerebro puede experimentar una “hambre de luz”. Esto afecta la capacidad del cerebro para identificar el momento del día y regular los procesos corporales.
- Rodearse de verde: Plantas en casa, paseos por parques.
- Exposición a la luz natural: Fundamental para el estado de ánimo y los ritmos circadianos.
Consecuencias de la Falta de Luz Natural
La falta de exposición a la luz natural puede contribuir al cansancio y la fatiga. Por el contrario, la luz natural mejora el estrés, actúa como antidepresivo y puede reducir el tiempo de recuperación en hospitales. Abrir las ventanas y exponerse a la luz natural a primera hora de la mañana y al atardecer beneficia el cerebro, regulando los ritmos circadianos. Esto favorece un mejor día y un descanso nocturno de mayor calidad.
Es importante revisar las lámparas en casa. Se recomienda usar luz de día de espectro completo con un índice de reproducción cromática superior al 80%. Esta información se encuentra en la caja de la bombilla. Para el atardecer y la noche, se aconsejan luces cálidas, de aproximadamente 2300 ºKelvin, con predominio del espectro rojizo. Se deben evitar las luces azuladas. Proporcionar al cerebro la luz adecuada en cada momento del día es crucial para su funcionamiento óptimo.
Impacto en la Salud
La falta de exposición a la luz solar se ha relacionado con deficiencias de vitamina D, afectando la salud ósea y el sistema inmunitario.
Efectos de la Luz Azul de la Tecnología
Las pantallas de dispositivos electrónicos emiten una cantidad significativa de luz azul. El cerebro interpreta esta luz como si fuera de día, incluso cuando se utiliza por la noche. Las pantallas son un factor de estrés ambiental que desregula el reloj circadiano principal del organismo y otros relojes periféricos.
Para mitigar este efecto, se pueden practicar hábitos de higiene energética. Desconectar el Wi-Fi por la noche es una medida. También se recomienda evitar las pantallas un par de horas antes de dormir. Si su uso es inevitable, se aconseja bajar la intensidad lumínica de la pantalla y utilizar filtros de luz rojiza. Aunque no es lo mismo que no exponerse, estas acciones pueden ayudar. Además, se debe mantener los cargadores de móviles y otros dispositivos electrónicos lejos de la mesita de noche. Un cerebro en calma, libre de estrés tecnológico, mejora la vitalidad, el descanso y el bienestar general.
Recomendaciones para el Uso de Pantallas
- Desconectar el Wi-Fi durante la noche.
- Evitar el uso de pantallas dos horas antes de dormir.
- Reducir la intensidad lumínica de las pantallas.
- Utilizar filtros de pantalla de luz rojiza.
- Mantener cargadores y dispositivos electrónicos lejos del área de descanso.