Un cardiólogo de Nueva Jersey ha destacado el importante efecto que el consumo de queso puede tener en la salud del corazón. Si bien este alimento es un pilar en muchas dietas, su contenido nutricional varía significativamente entre tipos, lo que influye directamente en el riesgo cardiovascular.
La clave reside en la cantidad de grasas saturadas y sodio presentes en ciertos quesos, que pueden contribuir a problemas como la hipertensión y el colesterol alto. Es fundamental entender cuáles son las opciones más saludables y cómo incorporarlas de manera equilibrada en la alimentación diaria.
Puntos Clave
- Los quesos con alto contenido de grasas saturadas y sodio son los más perjudiciales para el corazón.
- El consumo excesivo de estos quesos puede elevar el colesterol LDL y la presión arterial.
- Existen alternativas bajas en grasas y sodio que son más saludables.
- La moderación y la elección consciente son esenciales para una dieta cardiosaludable.
Grasas Saturadas y Sodio: Los Principales Enemigos
El queso es un producto lácteo derivado de la leche, rico en proteínas, calcio y vitaminas. Sin embargo, no todos los quesos son iguales en su composición. Algunos tipos contienen altas cantidades de grasas saturadas y sodio, dos componentes que, en exceso, son perjudiciales para la salud cardiovascular.
Las grasas saturadas elevan los niveles de colesterol LDL, conocido como "colesterol malo", que puede acumularse en las arterias y formar placas, endureciéndolas y estrechándolas. Este proceso, llamado aterosclerosis, aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, el sodio contribuye a la retención de líquidos y al aumento de la presión arterial, un factor de riesgo importante para el desarrollo de hipertensión y otras afecciones cardiovasculares. Un consumo elevado de sodio puede sobrecargar el corazón y los vasos sanguíneos.
Dato Curioso
Un solo gramo de sodio puede elevar la presión arterial en individuos sensibles, y muchos quesos contienen cientos de miligramos por porción.
Quesos Menos Recomendados para el Corazón
Según el cardiólogo, ciertos quesos deben consumirse con mucha moderación, o incluso evitarse, si se busca mantener una buena salud cardiovascular. Entre ellos se encuentran:
- Cheddar: Popular por su sabor intenso, el cheddar es también uno de los quesos con mayor contenido de grasas saturadas y sodio. Una porción de 28 gramos puede contener hasta 6 gramos de grasa saturada y 180 mg de sodio.
- Queso americano: Este queso procesado, común en sándwiches y hamburguesas, es notorio por su alto contenido de sodio y grasas saturadas, además de aditivos.
- Queso azul: Aunque delicioso, el queso azul es rico en grasas saturadas y tiene un contenido de sodio particularmente alto, lo que lo hace menos ideal para quienes cuidan su corazón.
- Queso crema: A menudo utilizado en repostería y desayunos, el queso crema es alto en grasas saturadas y calorías, con poco valor nutricional en comparación con otros quesos.
- Queso de cabra (algunas variedades): Si bien el queso de cabra puede ser una opción más saludable que otros quesos en general, algunas variedades más cremosas o añejas pueden tener un contenido elevado de grasas saturadas. Es importante revisar la etiqueta nutricional.
"La clave no es eliminar el queso por completo, sino ser consciente de las opciones que elegimos y la cantidad que consumimos," afirmó el cardiólogo durante una entrevista. "Pequeños cambios pueden generar grandes beneficios para el corazón."
Alternativas Más Saludables para Amantes del Queso
Afortunadamente, existen muchas opciones de queso que pueden ser parte de una dieta cardiosaludable. La elección inteligente implica buscar quesos con bajo contenido de grasas saturadas y sodio. Estas alternativas no solo son mejores para el corazón, sino que también pueden ser muy sabrosas y versátiles.
Opciones Bajas en Grasa y Sodio
- Mozzarella fresca: Especialmente la versión baja en grasa o descremada, es una excelente fuente de proteínas y calcio con menos grasas saturadas.
- Requesón (cottage cheese): Es un queso fresco, bajo en calorías y alto en proteínas, ideal para ensaladas o como parte de un desayuno saludable. Se recomienda elegir las versiones bajas en sodio.
- Ricotta: Similar al requesón, la ricotta es suave y cremosa, con un perfil nutricional favorable, especialmente si se opta por las variedades descremadas.
- Feta (con moderación): Aunque tiene un sabor fuerte y puede ser salado, una pequeña cantidad de feta puede añadir mucho sabor a los platos sin aportar un exceso de grasas saturadas. Busca versiones bajas en sodio.
- Queso suizo: Es una de las mejores opciones, ya que naturalmente contiene menos sodio y grasas saturadas que muchos otros quesos duros.
- Provolone (fresco): Las versiones más jóvenes y frescas de provolone suelen ser más bajas en grasas y sodio que las variedades añejas.
Contexto Nutricional
La Asociación Americana del Corazón recomienda limitar la ingesta diaria de sodio a no más de 2,300 miligramos, y preferiblemente a 1,500 miligramos para la mayoría de los adultos, especialmente aquellos con presión arterial alta. En cuanto a las grasas saturadas, sugieren que no representen más del 5-6% de las calorías diarias.
Cómo Disfrutar del Queso de Forma Segura
Para los amantes del queso, no es necesario renunciar a este alimento. La clave está en la moderación y la elección consciente. Aquí algunos consejos prácticos:
- Leer las etiquetas: Siempre revise la información nutricional para comparar el contenido de grasas saturadas y sodio entre diferentes marcas y tipos de queso.
- Controlar las porciones: Una porción típica de queso es de aproximadamente 28 gramos (el tamaño de un par de dados). Medir las porciones ayuda a evitar el consumo excesivo.
- Combinar con alimentos saludables: Disfrute el queso con frutas, verduras, galletas integrales o nueces. Esto añade fibra y nutrientes, y puede hacer que se sienta más satisfecho con menos queso.
- Reducir la frecuencia: En lugar de consumir quesos ricos en grasas y sodio a diario, considérelos como un gusto ocasional.
- Explorar alternativas: Experimente con quesos bajos en grasa o versiones vegetales, que pueden sorprenderle con su sabor y textura.
Integrar el queso en una dieta equilibrada es posible si se toman decisiones informadas. La salud cardiovascular se beneficia enormemente de una alimentación variada y consciente, donde los alimentos con alto contenido de grasas saturadas y sodio se consuman con prudencia.
Un estilo de vida activo y una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, complementada con opciones de queso saludables, es el camino más efectivo para mantener el corazón en óptimas condiciones a largo plazo.



