El costo de las consultas médicas ha aumentado significativamente para las familias peruanas. Desde el inicio de la pandemia, el gasto anual destinado a estos servicios se ha incrementado en un 56%, alcanzando un promedio de S/583 por hogar. Este aumento afecta directamente la economía familiar, que ya enfrenta limitaciones de ingresos en muchos casos.
La situación se debe principalmente a las deficiencias del sistema de salud pública. Las largas esperas para obtener citas, la escasez de medicamentos y las condiciones inadecuadas de los centros de atención primaria obligan a los ciudadanos a buscar alternativas privadas, generando un impacto económico considerable.
Puntos Clave
- El gasto anual en consultas médicas por hogar subió un 56% desde la pandemia.
- Las familias peruanas destinan S/583 al año a estas consultas.
- Las deficiencias del sistema público de salud impulsan este aumento.
- El 96% de los establecimientos de primer nivel operan en condiciones inadecuadas.
- La falta de atención oportuna afecta la productividad nacional.
Aumento del Gasto y Causas Subyacentes
Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), los hogares peruanos invierten anualmente S/583 solo en consultas médicas. Esta cifra representa un incremento del 56% en comparación con los niveles previos a la pandemia. Este crecimiento del gasto es una consecuencia directa de las limitaciones del sistema de salud público.
Los pacientes de Essalud, por ejemplo, acceden en promedio a una sola cita médica al año. Las demoras son notables, con esperas que pueden superar los tres meses en regiones como Lima, Arequipa, Piura y Cusco para una atención básica. Estas dilaciones empujan a las familias a buscar opciones en el sector privado, lo que conlleva un gasto adicional.
Dato Relevante
En regiones como Piura, Loreto y Tumbes, más del 35% de los centros de salud carecen de los medicamentos esenciales para atender a la población.
Impacto en Zonas Remotas
La problemática es aún más compleja en zonas alejadas. En algunas provincias de Loreto, los pacientes deben viajar durante días, incluso por ríos o caminos difíciles, para llegar a un centro de salud. Estos trayectos prolongados retrasan el diagnóstico y obligan a las personas a depender de alternativas con costos más elevados.
"La consecuencia es clara: cuando la atención pública no llega, los hogares se ven forzados a pagar consultas privadas o medicinas por su cuenta. El verdadero problema es que estos gastos adicionales recaen sobre familias que ya tienen ingresos limitados."
Franco Saito, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES)
El economista Franco Saito enfatiza que cada sol destinado a la salud se resta de otros gastos esenciales, como la educación, la alimentación o el ahorro. Esto aumenta la vulnerabilidad de las familias frente a cualquier crisis económica.
Infraestructura Deficiente y Desabastecimiento de Medicinas
La crisis sanitaria se profundiza por problemas de infraestructura y la falta de medicamentos. Datos del Ministerio de Salud (Minsa) revelan que el 96% de los establecimientos de primer nivel de atención operan en condiciones inadecuadas. Esto significa que la mayoría de los centros de salud básicos no cuentan con la infraestructura mínima para ofrecer una atención de calidad.
Además de la infraestructura, el desabastecimiento de medicinas es un problema crítico. En regiones como Piura, Loreto y Tumbes, más del 35% de los centros de salud no disponen de los fármacos necesarios. Esta carencia limita la capacidad de respuesta del sistema público y obliga a los pacientes a comprarlos en farmacias privadas.
Contexto del Problema
El primer nivel de atención es fundamental para descongestionar los hospitales. En países con sistemas de salud eficientes, estos centros resuelven hasta el 80% de los casos, evitando que los pacientes lleguen a servicios de mayor complejidad por afecciones que podrían haberse tratado antes.
Impacto en la Productividad Nacional
La falta de atención médica oportuna no solo afecta la salud individual y familiar, sino que también tiene un impacto negativo en la productividad nacional. Las enfermedades no tratadas a tiempo generan más ausencias laborales y un menor rendimiento en el trabajo. Cada día perdido por enfermedad se traduce en menos ingresos para los hogares.
Esta situación también reduce el dinamismo de la economía local. Una fuerza laboral sana y activa es crucial para el crecimiento económico. La inversión en salud, por tanto, no es solo un gasto social, sino una inversión en el capital humano del país.
Según Saito, la solución pasa por fortalecer los centros de primer nivel. Estos establecimientos deberían ser capaces de atender la mayor parte de las consultas, como ocurre en otros países donde resuelven hasta el 80% de los casos. Esto evitaría la saturación de los hospitales y optimizaría los recursos.
Estrategias para Mejorar la Atención Sanitaria
Para abordar esta problemática, es urgente implementar varias estrategias. Una de ellas es la digitalización del sistema de salud. Saito sugiere la creación de sistemas digitales que permitan monitorear en tiempo real la historia clínica de los pacientes, la disponibilidad de citas y el inventario de medicamentos.
Otra medida crucial es reforzar la prevención. Esto incluye campañas de vacunación, chequeos rutinarios y la promoción de hábitos saludables. Estas acciones preventivas son más eficientes y menos costosas que el tratamiento de enfermedades avanzadas. La educación en salud también juega un papel fundamental para empoderar a los ciudadanos en el cuidado de su bienestar.
- Fortalecer el primer nivel de atención: Asegurar que los centros básicos puedan resolver la mayoría de los casos.
- Implementar sistemas digitales: Monitoreo en tiempo real de historias clínicas, citas y medicamentos.
- Reforzar la prevención: Campañas de vacunación, chequeos y promoción de hábitos saludables.
- Mejorar la infraestructura: Invertir en la modernización de los establecimientos de salud.
- Garantizar el abastecimiento de medicinas: Asegurar la disponibilidad de fármacos esenciales.
El economista Franco Saito concluye que "invertir en salud no es un gasto, es una condición para que las familias tengan más bienestar, para que los trabajadores sean más productivos y para que la economía crezca de manera sostenida." Garantizar una atención médica oportuna y de calidad reduce la presión económica sobre los hogares, disminuye las ausencias laborales y fortalece la confianza en las instituciones públicas.
Es fundamental que las autoridades prioricen estas reformas para construir un sistema de salud más resiliente y equitativo. La salud de la población es un pilar esencial para el desarrollo sostenible del país.



