El diseño de los edificios donde vivimos y trabajamos tiene un impacto directo en nuestra salud física y mental. Este principio, conocido como arquitectura saludable, está ganando respaldo científico y se posiciona como una herramienta clave en la medicina preventiva, impulsado por iniciativas como el Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS) en España.
Recientemente, durante el II Congreso Nacional de Arquitectura Saludable celebrado en Madrid, se destacó la creciente colaboración entre arquitectos, médicos y administraciones públicas para integrar criterios de bienestar en la construcción y el urbanismo.
Puntos Clave
- La neuroarquitectura demuestra con evidencia científica cómo el diseño de los espacios afecta al estrés, la concentración y la salud general.
 - Se ha creado el primer "Certificado de Evento Saludable" para aplicar estos principios a congresos y reuniones profesionales.
 - Las administraciones públicas muestran un creciente interés en la arquitectura saludable como medida preventiva para reducir la carga del sistema sanitario.
 - Proyectos como la "Aldea Saludable" en Galicia buscan rehabilitar zonas rurales aplicando criterios de bienestar y sostenibilidad.
 
La evidencia científica que conecta espacios y bienestar
La idea de que nuestro entorno afecta a nuestra salud no es nueva, pero ahora cuenta con un sólido respaldo científico a través de la neuroarquitectura. Esta disciplina estudia cómo el cerebro y el cuerpo reaccionan a los espacios construidos.
Rita Gasalla Regojo, presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS), explica que las investigaciones utilizan herramientas como la realidad virtual para analizar el comportamiento humano en entornos controlados. "En los estudios se mide, por ejemplo, el estrés percibido, la concentración o el comportamiento en distintos entornos", señala Gasalla.
Los resultados de estas pruebas no son subjetivos. Se validan con mediciones fisiológicas como el ritmo cardíaco, electroencefalogramas y pruebas de rendimiento cognitivo. Según Gasalla, "todo esto demuestra que los espacios modifican nuestra respuesta fisiológica y emocional".
¿Qué es la Neuroarquitectura?
La neuroarquitectura es un campo interdisciplinario que combina la neurociencia y la arquitectura para estudiar cómo el entorno construido influye en las emociones, el comportamiento y el bienestar de las personas. Analiza factores como la iluminación, los colores, la acústica, los materiales y la distribución del espacio para crear diseños que promuevan la salud mental y física.
Impacto real en la salud de las personas
La aplicación de estos principios ya está mostrando resultados tangibles en pacientes con diversas patologías. El equipo de Gasalla ha trabajado con personas con enfermedades neurológicas, observando mejoras significativas.
Un caso destacado es el de una persona con epilepsia que sufría entre una y dos crisis mensuales. Tras adaptar su vivienda con criterios de arquitectura saludable, la frecuencia de las crisis se redujo drásticamente a una al año. "También observamos mejoras en personas con párkinson, asperger o ansiedad", afirma Gasalla. Estos resultados prácticos son confirmados por investigaciones científicas que validan la mejora en la sintomatología.
Iniciativas pioneras para un entorno más saludable
El impulso de la arquitectura saludable se está materializando en proyectos concretos que buscan llevar estos beneficios a la sociedad. Durante el congreso se presentaron varias iniciativas destacadas, desde certificaciones hasta proyectos de rehabilitación rural.
El Certificado de Evento Saludable
Una de las novedades más importantes es el "Certificado de Evento Saludable", una iniciativa pionera desarrollada por el OAS junto a la farmacéutica Jazz Pharmaceuticals y la agencia de comunicación Atrevia. Su objetivo es aplicar los principios de la arquitectura saludable a la organización de congresos, ferias y reuniones profesionales.
"No existe otro certificado de este tipo. Su objetivo es introducir los principios de la arquitectura saludable en la organización de eventos, para que quienes asisten perciban bienestar y mejor concentración gracias a las condiciones del espacio", explica Rita Gasalla.
Este certificado funciona también como una guía práctica para que las empresas incorporen criterios de bienestar y sostenibilidad, cuidando aspectos como la calidad del aire, la iluminación, la acústica y el diseño de los espacios para fomentar la interacción y reducir el estrés.
El peligro invisible del gas radón
Uno de los temas tratados en el congreso fue el gas radón, un gas radiactivo de origen natural presente en suelos graníticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como un agente cancerígeno. Una medida tan simple como una correcta ventilación de los espacios interiores es una de las formas más eficaces de reducir su concentración y proteger la salud.
La Aldea Saludable un proyecto para la España vaciada
Otro proyecto ilusionante es la "Aldea Saludable" en Galicia. La propuesta, impulsada por el OAS, consiste en rehabilitar una aldea abandonada para convertirla en un modelo de urbanismo y arquitectura saludables. El proyecto contempla certificar todos los aspectos del entorno: desde la calidad del aire y el agua hasta el control del radón, la iluminación y la acústica.
Este plan no solo busca crear un entorno de vida óptimo, sino también revitalizar zonas rurales, generar actividad económica local y ofrecer un modelo replicable en otras comunidades autónomas afectadas por la despoblación.
Colaboración entre disciplinas y administraciones
El avance de la arquitectura saludable depende de una estrecha colaboración entre profesionales de distintos campos, especialmente arquitectos y médicos. "Colaboro con el Instituto Español de Medicina de Estilo de Vida y Longevidad Saludable, porque esta alianza es esencial", destaca Gasalla.
Los médicos entienden que factores como el descanso, los hábitos y el estrés están directamente influenciados por el entorno. La epigenética, que estudia cómo el ambiente puede modificar la expresión de nuestros genes, respalda esta conexión. "Los espacios no son neutros: pueden beneficiarnos o perjudicarnos, pero nunca dejarnos igual", insiste la presidenta del OAS.
Una respuesta positiva desde el sector público
Las administraciones públicas han mostrado una gran receptividad a estas ideas. Representantes de los gobiernos estatal, autonómico y local participaron en el congreso y coincidieron en el valor social de esta disciplina.
El OAS mantiene un diálogo constante con ministerios, consejerías y ayuntamientos para que los criterios de la arquitectura saludable se incluyan en la construcción de vivienda social y otros proyectos públicos. La lógica es clara: invertir en prevención a través de un mejor diseño de los espacios puede reducir la presión sobre el sistema sanitario a largo plazo y mejorar la calidad de vida de la población, especialmente en un contexto de envejecimiento demográfico.
El apoyo de empresas como AEDAS Homes, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), Jazz Pharmaceuticals y otras entidades al congreso demuestra que el interés por construir entornos más saludables es una tendencia transversal que ha llegado para quedarse.



