Un informe del Ministerio de Salud revela que el 57% de los chilenos recurre a la automedicación, una práctica que ha convertido a los fármacos en la principal causa de intoxicaciones en el país. Este hábito, extendido en la población, genera graves riesgos para la salud, como fallas renales y el enmascaramiento de enfermedades serias, lo que retrasa la consulta médica oportuna.
La situación es especialmente preocupante para los grupos más vulnerables, que incluyen a niños, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas. Ante este escenario, expertos subrayan la necesidad de fortalecer el rol del químico farmacéutico y la educación sanitaria para promover un uso responsable de los medicamentos.
Puntos Clave
- El 57% de los chilenos se automedica, según datos del Ministerio de Salud.
- Los medicamentos son la primera causa de intoxicación en Chile, representando el 58% de los casos.
- El uso indiscriminado de analgésicos y antiinflamatorios puede provocar daño renal agudo y hemorragias.
- En 2026, la UCSC abrirá la carrera de Química y Farmacia para formar más profesionales que aborden este problema.
La magnitud del problema de la automedicación
La automedicación se ha consolidado como un problema de salud pública en Chile. Las cifras oficiales indican que más de la mitad de la población consume medicamentos sin prescripción médica. Esta práctica no solo carece de supervisión profesional, sino que también ha tenido consecuencias directas y medibles.
Intoxicaciones en Cifras
Según el Ministerio de Salud, los fármacos son responsables del 58% de todas las intoxicaciones registradas en el país. En segundo lugar, a gran distancia, se encuentran los productos de limpieza, con un 18% de los casos.
Los medicamentos que se consumen con mayor frecuencia sin receta son de uso común y fácil acceso. Entre ellos destacan los analgésicos como el paracetamol y antiinflamatorios como el ibuprofeno y el naproxeno. También son populares los antihistamínicos, antigripales, antiácidos y suplementos vitamínicos.
Grupos de mayor riesgo
Aunque la automedicación es un hábito extendido, ciertos grupos poblacionales son más susceptibles a sus efectos adversos. Los expertos identifican a cuatro grupos principales:
- Niños: Su metabolismo y peso corporal requieren dosis precisas que solo un profesional puede determinar.
- Adultos mayores: Suelen consumir múltiples medicamentos, lo que aumenta el riesgo de interacciones peligrosas.
- Pacientes con enfermedades crónicas: El uso de fármacos no recetados puede interferir con sus tratamientos de base.
- Personas que consumen varios fármacos: La polifarmacia sin supervisión eleva exponencialmente el riesgo de efectos secundarios.
Riesgos ocultos del consumo sin supervisión
El Dr. Nicolás Saá, médico y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), advierte sobre las graves consecuencias del uso indiscriminado de fármacos de venta libre. Un error común es prolongar su uso o utilizarlos en dosis inadecuadas para tratar síntomas de patologías no diagnosticadas.
"El uso de estos medicamentos de manera indiscriminada puede generar falla renal aguda, sangrado, enmascaramiento de cuadros graves y retraso en consulta con especialistas", explicó el Dr. Saá.
El profesional destaca que esta práctica lleva a que los pacientes busquen ayuda médica de forma tardía, cuando la enfermedad ya ha avanzado o se han presentado complicaciones derivadas del consumo incorrecto del medicamento. Esto no solo agrava el cuadro clínico, sino que también dificulta el tratamiento.
Regulación de Fármacos en Chile
La legislación chilena, a través de la Ley de Fármacos, clasifica los medicamentos en tres categorías de venta: directa, con receta simple y con receta retenida. Solo los de venta directa pueden ser publicitados y exhibidos en góndolas. Los antibióticos y otros fármacos de control especial requieren receta retenida, cuya dispensación es supervisada estrictamente por un químico farmacéutico.
El rol clave del químico farmacéutico
Para hacer frente a la crisis de la automedicación, la figura del químico farmacéutico es fundamental. Estos profesionales poseen el conocimiento técnico para asesorar a los pacientes sobre el uso correcto de los medicamentos, sus posibles interacciones y efectos secundarios.
Consciente de esta necesidad, la UCSC anunció que en 2026 inaugurará la carrera de Química y Farmacia. Este nuevo programa académico, adscrito a la Facultad de Ciencias, busca formar profesionales capaces de liderar proyectos en investigación, gestión farmacéutica y control de calidad, aportando directamente a la salud pública del país.
Una nueva generación de profesionales
La Dra. Elizabeth Elgueta, académica de la Facultad de Ciencias de la UCSC, enfatizó la importancia de aumentar el número de estos especialistas para educar a la población y mitigar los riesgos asociados a la automedicación.
"Son especialistas con la formación necesaria para comprender la toxicidad, metabolismo e interacciones de los medicamentos, evaluar dosis seguras y detectar riesgos asociados a la automedicación", comentó la Dra. Elgueta.
Según la académica, el rol de estos profesionales va más allá del mostrador. Su participación es clave en:
- Educación comunitaria: Orientar a la población en farmacias sobre el uso racional de fármacos.
- Prevención: Participar activamente en campañas de salud pública y extensión.
- Investigación: Generar evidencia local sobre patrones de consumo y efectos adversos.
- Políticas públicas: Aportar datos que respalden la creación de regulaciones más estrictas sobre la venta y publicidad de medicamentos.
La formación de más químicos farmacéuticos se presenta como una estrategia a largo plazo para construir una cultura de consumo de medicamentos más segura y responsable en Chile, donde la consulta profesional prime sobre el autodiagnóstico.



