Las desigualdades crecientes impactan la salud global, manifestándose en muertes por hambre y enfermedades prevenibles. Este análisis examina cómo los conflictos armados y la distribución de recursos influyen en los resultados de salud a nivel mundial, contrastando estos desafíos con los avances en el tratamiento de enfermedades crónicas en países desarrollados.
Puntos Clave
- Los conflictos armados, aunque devastadores, causan menos muertes que las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
 - Enfermedades como la neumonía y la diarrea siguen siendo causas de mortalidad evitables en gran parte del mundo.
 - España ha logrado una reducción significativa en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer desde 1984.
 - La desnutrición infantil, aunque ha disminuido, sigue siendo un problema global con 1.8 millones de muertes en 2023.
 - Las desigualdades socioeconómicas impiden el acceso a la prevención y el tratamiento efectivo, incluso en países desarrollados.
 
La Guerra como Problema de Salud Pública
La salud pública aborda problemas de gran escala que afectan a las comunidades. En 1984, durante un ejercicio de priorización en la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins, el conflicto armado fue votado como la principal preocupación. En aquel momento, la información sobre la magnitud de estos problemas era limitada.
Hoy, los datos son más accesibles. En 1989, los conflictos bélicos causaron 67,348 muertes. Para 2024, esta cifra ascendió a 159,834 muertes. Aunque estas cifras son significativas, palidecen en comparación con otras causas de mortalidad que la salud pública puede abordar eficazmente.
Dato Relevante
En 2024, las enfermedades cardiovasculares causaron 12.2 millones de muertes y el cáncer 5.7 millones de muertes a nivel global. Estas cifras superan con creces las muertes por conflictos armados.
Además, enfermedades como la neumonía y la diarrea son responsables de aproximadamente 6 millones de muertes. La mayoría de estas muertes son prevenibles si las condiciones de vida son adecuadas y se implementan intervenciones de salud pública efectivas.
Geografía de los Conflictos y sus Impactos
Actualmente, las principales zonas de conflicto que contribuyen a las muertes por guerras son Ucrania y Palestina. Sudán también presenta una contribución constante, aunque menos publicitada. En 1989, África representaba el 61% de las muertes por conflictos, con muchas ocurriendo en Etiopía. Este conflicto resurgió en Sudán del Sur y, desde 2004, en Sudán.
"En Sudán, un goteo constante de muertes alcanzó las 7,600 en 2003. No es una guerra de religión, sino un conflicto étnico alimentado por el ansia de poder de señores de la guerra."
A diferencia de las predicciones de Max Weber sobre guerras religiosas a finales del siglo XX, muchos de estos conflictos modernos son de naturaleza étnica o política. La falta de acceso a la atención médica y las interrupciones en los servicios básicos exacerban la mortalidad en estas regiones.
Avances en la Salud Pública y la Medicina Asistencial
Mientras las muertes por guerras han aumentado, el mundo ha logrado mejoras notables en la reducción de otras causas de mortalidad. La salud pública y la medicina asistencial han demostrado ser eficaces en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades. En España, por ejemplo, los avances son evidentes.
Desde 1984 hasta 2023, la tasa de mortalidad por enfermedades del aparato circulatorio en España disminuyó un 60%. Esta reducción fue ligeramente mayor en mujeres que en hombres. Es importante destacar que esta tasa está ajustada para eliminar el efecto del envejecimiento de la población, permitiendo una visión clara del impacto de la prevención y el tratamiento.
Contexto Histórico
En 1984, la comprensión de los factores de riesgo y los tratamientos para enfermedades crónicas era diferente. Los avances en la investigación médica y las campañas de salud pública han sido fundamentales para los logros actuales.
Lucha contra el Cáncer y Factores de Riesgo
En el caso del cáncer, la reducción en la tasa de mortalidad no ha sido tan dramática, pero sí significativa, con una disminución del 20%. En este caso, la disminución fue mayor en hombres que en mujeres. Es crucial considerar que las mujeres tienen aproximadamente la mitad del riesgo de muerte por cáncer en comparación con los hombres.
Varias razones explican estos éxitos. El tabaco es una causa principal de ambas enfermedades. Sin embargo, el abandono del tabaco muestra efectos rápidos en enfermedades cardiovasculares, mientras que en el cáncer puede tardar décadas en manifestarse.
- El control de la hipertensión y el colesterol tiene un impacto significativo en las enfermedades cardiovasculares, pero menos en el cáncer.
 - Los esfuerzos para prevenir y tratar la diabetes benefician enormemente las enfermedades circulatorias, con un efecto menor en el cáncer.
 - El ejercicio físico es notablemente beneficioso para las enfermedades cardiovasculares, con efectos menos claros en el cáncer.
 - Una dieta saludable también juega un papel crucial en la prevención de ambas condiciones.
 
Los avances en el tratamiento de la enfermedad isquémica del corazón y las enfermedades cerebrovasculares han salvado muchas vidas. Aunque el cáncer también ha visto progresos notables, la magnitud de estos no es comparable a los logrados en enfermedades cardiovasculares.
El Hambre y la Desnutrición como Desafíos Persistentes
En 1984, el hambre podría haber sido otra prioridad en el ejercicio de Johns Hopkins. En ese momento, la producción mundial de alimentos era suficiente para alimentar a los 4.7 mil millones de habitantes del planeta. Hoy, la población supera los 8 mil millones, y la capacidad de producción sigue siendo adecuada.
El problema fundamental es la distribución. Demasiadas personas no tienen acceso a una ración calórica equilibrada. En 1984, aproximadamente 9 millones de niños morían por desnutrición. En 2023, esta cifra se redujo a 1.8 millones de niños. Aunque es una mejora, sigue siendo una cifra inaceptable para una causa de muerte que es perfectamente prevenible y económicamente manejable.
Estadística Clave
A pesar de la capacidad global para producir alimentos, 1.8 millones de niños murieron por desnutrición en 2023, una causa de muerte prevenible.
Desigualdades y el Estado de Bienestar
La persistencia de muertes por problemas relacionados con la desnutrición evidencia una falla en la distribución de los beneficios de la prevención y el tratamiento. Estas desigualdades son profundas, incluso dentro de la misma población. En Estados Unidos, por ejemplo, una persona puede recibir la mejor atención médica o casi la peor, dependiendo de su situación socioeconómica.
Estas inequidades se reflejan en la evolución reciente de la mortalidad por enfermedades crónicas prevenibles, que en algunos lugares está estancada e incluso tiende a aumentar. Esto augura un futuro incierto para las poblaciones más vulnerables.
Según expertos, estamos presenciando una "guerra global contra el estado de bienestar". Esto implica que las políticas y sistemas que buscan garantizar la salud y el bienestar para todos están bajo presión, llevando a una ampliación de las brechas de salud entre diferentes grupos sociales. El acceso equitativo a la atención médica y a los recursos básicos es fundamental para revertir esta tendencia y asegurar que los avances en salud beneficien a toda la población.



