La empresa de ingeniería biomédica CloverLife Sciences ha obtenido una nueva financiación de 900.000 dólares de CITES, el fondo de capital de riesgo de Sancor Seguros. Este capital eleva la inversión total a 1,65 millones de dólares y se destinará a avanzar en la validación de una innovadora válvula cardíaca mecánica que podría eliminar la necesidad de anticoagulantes de por vida para los pacientes.
Puntos Clave
- CloverLife Sciences recibió 900.000 dólares adicionales de CITES, sumando un total de 1,65 millones de dólares de inversión.
 - La startup ha desarrollado una válvula cardíaca mecánica trivalva que busca imitar el flujo sanguíneo natural y evitar la necesidad de anticoagulantes.
 - Se han implantado con éxito dos prototipos en ovejas en un instituto médico en París, un paso crucial antes de las pruebas en humanos.
 - El mercado global de válvulas cardíacas se estima que superará los 20.000 millones de dólares para 2029.
 
Un avance en la tecnología cardiovascular
La startup argentina CloverLife Sciences está desarrollando una tecnología que podría cambiar el tratamiento de enfermedades cardíacas. La compañía ha diseñado una válvula cardíaca mecánica que, a diferencia de las opciones actuales, no requeriría que los pacientes tomen medicamentos anticoagulantes de forma permanente.
Para impulsar este proyecto, la firma cerró una ronda de inversión de 900.000 dólares liderada por CITES, el brazo de capital de riesgo del Grupo Sancor Seguros, con participación de la Fundación Barceló. Este desembolso se suma a una inversión previa de 750.000 dólares realizada por el mismo fondo en 2020.
El financiamiento actual permitirá a CloverLife continuar con las pruebas de su dispositivo. Estos ensayos ya están en marcha en el prestigioso Instituto Mutualista Montsouris de París, Francia, un centro de referencia en cirugía cardíaca.
El dilema actual de las válvulas cardíacas
Cada año, se implantan aproximadamente medio millón de válvulas cardíacas en todo el mundo. Los cirujanos deben elegir entre dos tipos principales: las biológicas, que tienen una vida útil limitada de ocho a diez años, y las mecánicas, que son muy duraderas pero obligan al paciente a un tratamiento anticoagulante de por vida para prevenir la formación de coágulos, con los riesgos asociados.
La innovación de CloverLife
La tecnología de CloverLife aborda directamente este problema. Su diseño se basa en una estructura de tres valvas rígidas (trivalva), que busca replicar el flujo hemodinámico de una válvula cardíaca natural. Las válvulas mecánicas convencionales, que no han visto innovaciones significativas en más de 40 años, suelen ser bivalvas y alteran el flujo sanguíneo, lo que genera la necesidad de anticoagulación.
Diego Cheja, médico, MBA y socio de la iniciativa, explica la propuesta de valor. "Nuestra propuesta cambia este paradigma: una válvula cardíaca mecánica que, a diferencia de las actuales, no requerirá anticoagulación de por vida", señaló.
"Osvaldo Amerio, mi socio, es cirujano cardiovascular y vive a diario la frustración de no tener una válvula ideal para sus pacientes. Éste fue su motor para diseñar un producto totalmente nuevo que solucione el problema de fondo", comentó Cheja sobre el origen del proyecto, que lleva ya una década en desarrollo.
El diseño ya está protegido por cinco patentes concedidas en Estados Unidos y Europa, lo que demuestra su carácter innovador y su potencial en el mercado global.
Un mercado en crecimiento
El potencial comercial de esta tecnología es considerable. Según un estudio de Mordor Intelligence, el mercado de válvulas cardíacas se valoró en 11.940 millones de dólares en 2022 y se proyecta que alcance los 20.860 millones de dólares para 2029, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 11,8%.
Pruebas exitosas y próximos pasos
Un hito fundamental para la compañía ocurrió el 1 de septiembre, cuando se implantaron con éxito dos de sus válvulas en ovejas. La anatomía del corazón de estos animales es muy similar a la de los humanos, lo que los convierte en un modelo ideal para este tipo de pruebas preclínicas.
"Fue una emoción increíble ver el corazón de la oveja volver a latir con parámetros totalmente normales, gracias a nuestra válvula fabricada en la Argentina", expresó Cheja. "Al día de hoy, ambas están muy bien en un campo en las afueras de París. De sólo pensar que esto puede ayudar a millones de personas, se nos eriza la piel".
Estas pruebas iniciales son cruciales para evaluar tres aspectos clave del dispositivo:
- Seguridad: Asegurar que la válvula no cause complicaciones.
 - Durabilidad: Verificar su resistencia y vida útil a largo plazo.
 - Desempeño hemodinámico: Confirmar que gestiona el flujo sanguíneo de manera eficiente y natural.
 
El camino hacia la aplicación en humanos
Aunque los resultados son prometedores, el camino por recorrer es largo. El siguiente paso es obtener una tercera ronda de inversión, de mayor envergadura, para financiar una fase de pruebas más extensa con un mayor número de animales. Este es un requisito regulatorio indispensable antes de poder iniciar los ensayos clínicos en seres humanos.
Nicolás Tognalli, fundador y socio gerente de CITES, se muestra optimista. "CloverLife tiene una tecnología que puede revolucionar las cirugías de válvulas cardíacas. Que esté realizando pruebas in-vivo en una clínica médica francesa, siguiendo un estricto control y los protocolos necesarios, es una validación tremenda", afirmó.
Tognalli añadió que los datos obtenidos de las pruebas actuales serán fundamentales para atraer nuevo capital. "Cuando estas pruebas finalicen, y si son exitosas como esperamos, tendremos una serie de datos muy potentes para encarar con menor riesgo un nuevo proceso de fund raising", explicó.
Si CloverLife logra demostrar que su válvula es duradera y no requiere anticoagulación, podría transformar la práctica clínica, mejorar la calidad de vida de millones de personas y generar ahorros significativos para los sistemas de salud a nivel mundial.



